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La joven agradó mucho a Gai y se ganó su estimación, así que Gai la sometió en seguida a tratamiento de belleza y le dio los mejores alimentos; puso a su servicio siete criadas que había en el palacio real, y a ella y a sus criadas las trató muy bien en el palacio de las mujeres.

10 Ester no dijo nada en cuanto a su raza o su familia, pues Mardoqueo le había ordenado que no lo hiciera. 11 Y Mardoqueo se paseaba todos los días por el patio del palacio de las mujeres, para saber qué le había sucedido a Ester.

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